Los Evangelios


El presente resumen de los cuatro evangelios proporciona información acerca del título, los autores, fecha de escritura, cronología, temas, teología, ideas generales, una breve perspectiva y los capítulos del Evangelio de Mateo, Marcos, Lucas y Juan.

Evangelio de Mateo

Autor:

Este Evangelio es conocido como el Evangelio de Mateo, porque fue escrito por el apóstol del mismo nombre. El estilo del libro es exactamente lo que se habría esperado de un hombre que una vez fue recaudador de impuestos. Mateo tiene un gran interés en la contabilidad (18:23-24; 25:14-15). El libro es muy ordenado y conciso. En vez de escribir en orden cronológico, Mateo ordena este Evangelio a través de seis argumentos.

Como cobrador de impuestos, Mateo posee una habilidad que hace sus escritos aún más interesantes para los cristianos. Se esperaba que los recaudadores de impuestos fueran capaces de escribir en una clase de taquigrafía, lo que esencialmente significa que Mateo pudo haber registrado las palabras de una persona mientras hablaba, palabra por palabra. Esta habilidad significa que las palabras de Mateo no solo están inspiradas por el Espíritu Santo, sino que deben representar una transcripción actual de algunos de los sermones de Cristo. Por ejemplo, el Sermón del Monte, como se registra en los capítulos 5-7, es casi con certeza una perfecta grabación de ese gran mensaje.

Fecha de su Escritura:

Como apóstol, Mateo escribió este libro en el período temprano de la iglesia, probablemente alrededor del 50 d.C. Esta fue una época en que la mayor parte de los cristianos eran judíos convertidos, por lo que es comprensible que Mateo se enfocara en la perspectiva judía en este evangelio.

Propósito de la Escritura:

Mateo intenta probar a los judíos que Jesucristo es el Mesías prometido. Más que en ningún otro evangelio, Mateo cita el Antiguo Testamento para mostrar cómo Jesús da cumplimiento a las palabras de los profetas judíos. Mateo describe en detalle el linaje de Jesús desde David, y utiliza muchas formas de lenguaje con que las que los judíos debían haberse sentido cómodos. El amor y preocupación de Mateo por su pueblo es evidente a través de su meticulosa manera de contar la historia del Evangelio.

Versos Clave:

Mateo 5:17. “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.”

Mateo 5:43-44. “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.”

Mateo 6:9-13. “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos.”

Mateo 16:26. “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”

Mateo 22:37-40.“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.”

Mateo 27:31. “Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle.”

Mateo 28:5-6. “Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.”

Mateo 28:19-20, “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”

Breve Resumen:

En los dos primeros capítulos, Mateo expone el linaje, nacimiento, y los primeros años de la vida de Cristo. De ahí, el libro habla del ministerio de Jesús. La descripción de las enseñanzas de Cristo está dispuesta alrededor de “discursos,” tales como el Sermón del Monte en los capítulos del 5 al 7. El capítulo 10 incluye la misión y propósito de los discípulos; el capítulo 13 es una colección de parábolas; el 18 trata de la iglesia; el capítulo 23 comienza con un discurso sobre la hipocresía y el futuro. Los capítulos 21 al 27 hablan del arresto, tortura, y ejecución de Jesús. El capítulo final, describe la Resurrección y la Gran Comisión.

Conexiones:

Puesto que el propósito de Mateo es presentar a Jesucristo como el Rey Mesías de Israel, él cita el Antiguo Testamento más que cualquiera de los otros tres evangelios escritos. Mateo cita más de 60 veces pasajes proféticos del Antiguo Testamento, demostrando cómo Jesús les dio cumplimiento. Él comienza su Evangelio con la genealogía de Jesús, trazando Su ascendencia hasta Abraham, el progenitor de los judíos. Desde ahí, Mateo cita extensivamente a los profetas, usando frecuentemente la frase “como fue dicho por el (los) profeta(s)” (Mateo 1:22-23, 2:5-6, 2:15, 4:13-16, 8:16-17, 13:35, 21:4-5). Estos versos se refieren a profecías del Antiguo Testamento referentes a Su nacimiento virginal (Isaías 7:14) en Belén (Miqueas 5:2), Su regreso de Egipto después de la muerte de Herodes (Oseas 11:1), Su ministerio a los gentiles (Isaías 9:1-2, 60:1-3), Sus curaciones milagrosas tanto del cuerpo como del alma (Isaías 53:4), Su hablar en parábolas (Salmos 78:2), y Su entrada triunfal en Jerusalén (Zacarías 9:9).

Aplicación Práctica:

El Evangelio de Mateo es una excelente introducción a las enseñanzas centrales del cristianismo. El estilo lógico del esquema, permite la fácil localización de la discusión de varios tópicos. Mateo es especialmente útil para entender por qué la vida de Cristo fue el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento.

La audiencia a quien se dirigía Mateo eran sus compatriotas judíos, muchos de los cuales –especialmente los fariseos y saduceos, tercamente se rehusaron a aceptar a Jesús como su Mesías. A pesar de siglos de haber leído y estudiado el Antiguo Testamento, sus ojos estaban ciegos a la verdad de quién era Jesús. Jesús mismo les reprocha la dureza de sus corazones y su negativa a reconocer a Aquel que supuestamente ellos habían estado esperando (Juan 5:38-40). Ellos querían a un Mesías bajo sus propios términos, uno que cumpliera sus propios deseos e hiciera lo que ellos querían que Él hiciera. ¿Con cuánta frecuencia nosotros buscamos a Dios bajo nuestros propios términos? ¿No lo rechazamos al atribuirle sólo aquellos atributos que encontramos aceptables, aquellos que nos hacen sentir bien: su amor, misericordia, y gracia; mientras que rechazamos aquellos que encontramos objetables: su enojo, justicia, e ira santa? No nos atrevamos a cometer el mismo error de los fariseos, creando un dios a nuestra imagen y luego esperar que él viva de acuerdo a nuestros estándares. Tal dios no es más que un ídolo. La Biblia nos da información más que suficiente acerca de la verdad, naturaleza, e identidad de Dios y Jesucristo, como para justificar nuestra adoración y nuestra obediencia.

Evangelio de Marcos

Autor:

Aunque el Evangelio de Marcos no nombra a su autor, es unánime el testimonio de los padres de la iglesia primitiva, que Marcos fue el autor. Él era un compañero del Apóstol Pedro, y evidentemente su hijo espiritual (1 Pedro 5:13). Él recibió de Pedro información de primera mano sobre los eventos y enseñanzas del Señor, y preservó esa información de manera escrita.

Es generalmente aceptado, que Marcos es el Juan Marcos del Nuevo Testamento (Hechos 12:12). Su madre fue una cristiana rica y prominente en la iglesia de Jerusalén, y probablemente la iglesia se reunía en su casa. Marcos se unió a Pablo y Bernabé en su primer viaje misionero, pero no en el segundo, debido a un fuerte desacuerdo entre los dos hombres (Hechos 15:37-38). Sin embargo, cerca del final de la vida de Pablo, él llamó a Marcos para que estuviera con él. (2 Timoteo 4:11).

Fecha de su Escritura:

El Evangelio de Marcos fue posiblemente uno de los primeros libros escritos del Nuevo Testamento, probablemente en el 57-59 d.C.

Propósito de la Escritura:

Mientras que Mateo fue escrito principalmente para sus compatriotas judíos, el Evangelio de Marcos parece estar dirigido a los creyentes romanos, particularmente a los gentiles. Marcos escribió como un pastor a los cristianos que previamente habían escuchado y creído el Evangelio (Romanos 1:8). Él deseaba que ellos contaran con una historia biográfica de Jesucristo como el Siervo de Dios y Salvador del mundo, a fin de fortalecer su fe cuando se enfrentaban a una severa persecución, y para enseñarles lo que significaba ser Sus discípulos.

Versos Clave:

 Marcos 1:11. “Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.”

Marcos 1:17. “Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres.”

Marcos 10:14-15. “Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.”

Marcos 10:45. “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”

Marcos 12:32-33. “Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios.”

Marcos 16:6. “No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron.”

Marcos 16:15. “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.”

Breve Resumen:

Este Evangelio es único, porque enfatiza las acciones de Jesús más que Su enseñanza. Está escrito con sencillez, moviéndose rápidamente de uno a otro episodio en la vida de Cristo. No comienza con una genealogía como en Mateo, porque los gentiles no estarían interesados en Su linaje humano. Después de la introducción de Jesús en Su bautismo, Jesús comienza su ministerio público en Galilea y llama a los primeros cuatro de Sus doce discípulos. Lo que sigue es el registro de la vida de Jesús, Su muerte y resurrección.

El relato de Marcos no es solo un conjunto de historias, sino una narrativa escrita para revelar que Jesús es el Mesías, no solo para los judíos, sino también para los gentiles. En una profesión dinámica, los discípulos, dirigidos por Pedro, reconocen su fe en Él (Marcos 8:29-30), aunque fracasan en comprender plenamente Su Mesianidad hasta Su resurrección.

Mientras seguimos Su viaje a través de Galilea, las áreas circundantes, y luego hasta Judea, nos damos cuenta de Su ritmo de trabajo. Él tocó las vidas de mucha gente, pero dejó una marca indeleble en Sus discípulos. En la transfiguración (Marcos 9:1-9), Él les mostró a tres de ellos, un avance de Su futuro regreso en poder y gloria, y nuevamente se reveló ante ellos como lo que Él era.

Sin embargo, en los días previos a Su viaje final a Jerusalén, los vemos a los discípulos desconcertados, temerosos y dudando. Cuando Jesús fue arrestado, Él se quedó solo después que todos huyeron. En las horas siguientes a los falsos juicios, Jesús proclamó valientemente que Él era el Cristo, el Hijo del Bendito, y que Él regresaría triunfante (Marcos 14:61-62). Los eventos culminantes que rodearon la crucifixión, muerte, sepultura, y resurrección, no fueron presenciados por la mayoría de Sus discípulos. Pero varias mujeres fieles atestiguaron Su pasión. Después del día de Reposo, temprano por la mañana del primer día de la semana, ellas fueron a la tumba con especias aromáticas para la sepultura. Cuando vieron que la piedra había sido removida, ellas entraron a la tumba. Lo que vieron no fue el cuerpo de Jesús, sino un ángel con una túnica blanca. El gozoso mensaje que recibieron fue, “¡Ha resucitado!” Las mujeres fueron las primeras evangelistas, al difundir las buenas nuevas de Su resurrección. Este mismo mensaje ha sido difundido por todo el mundo en los siglos siguientes y a nosotros hasta nuestros días.

Conexiones:

En razón de que el auditorio a quien Marcos se dirigía eran los gentiles, él no cita tan frecuentemente el Antiguo Testamento como lo hace Mateo, quien escribió principalmente para los judíos. Él no comienza con una genealogía que vincule a Jesús con los patriarcas judíos, sino que en vez de ello comienza con Su bautismo, el principio de Su ministerio terrenal. Pero aún allí, Marcos cita una profecía del Antiguo Testamento referente al mensajero –Juan el Bautista- quien exhortaría a la gente a “preparar el camino del Señor” (Marcos 1:3; Isaías 40:3) mientras esperaban la llegada de su Mesías.

Jesús se refiere al Antiguo Testamento en varios pasajes de este Evangelio. En Marcos 7:6, Jesús reprende a los fariseos por su adoración superficial a Dios con sus labios, mientras sus corazones estaban lejos de Él, y se refiere a su propio profeta, Isaías, para condenarlos por la dureza de su corazón (Isaías 29:13). Jesús se refiere a otra profecía del Antiguo Testamento, la cual iba a ser cumplida esa misma noche, mientras los discípulos serían dispersados como ovejas sin pastor, cuando Jesús fue arrestado y condenado a muerte (Marcos 14:27; Zacarías 13:7). Él se refiere nuevamente a Isaías, cuando limpia el Templo de los cambistas de monedas (Marcos 11:15-17; Isaías 56:7; Jeremías 7:11) y a los Salmos cuando Él explicó que Él era la Piedra Angular de nuestra fe y de la Iglesia (Marcos 12:10-11; Salmos 118:22-23).

Aplicación Práctica:

Marcos presenta a Jesús como el Siervo de Dios sufriente (Marcos 10:45) y como Aquel que vino a servir y sacrificarse por nosotros, en parte para inspirarnos a hacer lo mismo. Debemos ministrar como Él lo hizo, con la misma grandeza de humildad y devoción para servir a los demás. Jesús nos exhortó a recordar que, para ser grande en el reino de Dios, debemos ser los siervos de todos (Marcos 10:44). El auto-sacrificio debe trascender a nuestra necesidad de reconocimiento o recompensa, así como Jesús estuvo dispuesto a ser humillado al poner Su vida por las ovejas.

Evangelio de Lucas

Autor:

El Evangelio de Lucas no identifica a su autor, aunque de Lucas 1:1-4 y Hechos 1:1-3, claramente se deduce que el mismo autor escribió tanto Lucas como Hechos, dirigidos ambos al “excelentísimo Teófilo,” posiblemente un dignatario romano. La tradición de los primeros días de la iglesia es que Lucas, un médico y compañero cercano del Apóstol Pablo, fue quien escribió Lucas y Hechos (Colosenses 4:14; 2 Timoteo 4:11). Esto haría de Lucas el único gentil que participó con libros de las Escrituras.

Fecha de su Escritura:

El Evangelio de Lucas fue escrito probablemente entre el 58 y el 65 d.C.

Propósito de la Escritura:

Al igual que los otros dos evangelios sinópticos –Mateo y Marcos- el propósito de este libro es revelar al Señor Jesucristo y todo “acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba,” (Hechos 1:1-2). El Evangelio de Lucas es único en cuanto a la meticulosidad de su historia –una “narración ordenada” (Lucas 1:3) consecuente con la mentalidad médica de Lucas –quien con frecuencia da detalles que otros narradores omiten. La historia de Lucas sobre la vida del Gran Médico, enfatiza Su ministerio y compasión por gentiles, samaritanos, mujeres, niños, cobradores de impuestos, pecadores, y otros considerados como marginados en Israel.

Versos Clave:

Lucas 2:4-7. “Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.”

Lucas 3:16. “Respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.”

Lucas 4:18-19, 21. “‘El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor.’ Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.”

Lucas 18:31-32. “Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido.”

Lucas 23:33-34. “Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.

Lucas 24:1-3. “El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas. Y hallaron removida la piedra del sepulcro; y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.”

Breve Resumen:

Llamado el más bello libro jamás escrito, Lucas comienza por decirnos acerca de los padres de Jesús; el nacimiento de Su primo, Juan el Bautista; el viaje de María y José a Belén, donde Jesús nace en un pesebre; y la genealogía de Cristo a través de María. El ministerio público de Jesús, revela Su perfecta compasión y perdón a través de las historias del hijo pródigo, el hombre rico y Lázaro, y el buen samaritano. Mientras que muchos creen en este amor sin prejuicios que sobrepasa todos los límites humanos, muchos otros –especialmente los líderes religiosos- desafían y se oponen a las pretensiones de Jesús. Los seguidores de Cristo son animados a evaluar el costo del discipulado, mientras Sus enemigos buscan Su muerte en la cruz. Finalmente, Jesús es traicionado, juzgado, sentenciado, y crucificado. ¡Pero la tumba no puede detenerlo! Su Resurrección asegura la continuación de Su ministerio de buscar y salvar a los perdidos.

Conexiones:

Como gentil, las referencias de Lucas al Antiguo Testamento son relativamente pocas, comparadas con el Evangelio de Mateo, y la mayoría de las referencias del Antiguo Testamento están en las palabras dichas por Jesús, más que en la narración de Lucas. Jesús utiliza el Antiguo Testamento para defenderse contra los ataques de Satanás, respondiéndole con “Escrito está” (Lucas 4:1-3); para identificarse a Sí mismo como el Mesías prometido (Lucas 4:17-21); para recordar a los fariseos su imposibilidad de guardar la Ley y su necesidad de un Salvador (Lucas 10:25-28, 18:18-27); y para confundir su conocimiento cuando trataban de engañarlo y probarlo (Lucas 20).

Aplicación Práctica:

Lucas nos muestra un hermoso retrato de nuestro compasivo Salvador. Jesús no se sentía “incomodado” por los pobres y los necesitados; de hecho, ellos eran un importante objetivo en Su ministerio. En los tiempos de Jesús, Israel era una sociedad muy consciente de sus clases sociales. Los débiles y los oprimidos eran literalmente incapaces de mejorar su suerte en la vida, y estaban especialmente abiertos al mensaje de que “el reino de Dios se ha acercado” (Lucas 10:9). Este es un mensaje que debemos llevar a todos aquellos a nuestro alrededor que necesitan desesperadamente escucharlo. Aún en países comparativamente prósperos –tal vez especialmente por ello- la necesidad espiritual es tremenda. Los cristianos deben seguir el ejemplo de Jesús y llevar las buenas nuevas de salvación a los espiritualmente pobres y necesitados. El reino de Dios se ha acercado y el tiempo se acorta cada día.

Evangelio de Juan

Autor:

Juan 21:20-24 describe al autor como “el discípulo a quien amaba Jesús,” y por razones tanto históricas como internas, se entiende que es Juan el Apóstol, uno de los hijos de Zebedeo (Lucas 5:10).

Fecha de su Escritura:

Del descubrimiento de ciertos fragmentos de papiros fechados alrededor del 135 d.C., se deduce que el libro tuvo que haber sido escrito, copiado y haber circulado antes de esa fecha. Y mientras que algunos piensan que fue escrito antes de la destrucción de Jerusalén (70 d.C), es más aceptada la fecha de su escritura entre el 85-90 d.C.

Propósito de la Escritura: Juan 20:31 cita el propósito de la siguiente manera: “Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.” A diferencia de los tres Evangelios sinópticos, el propósito de Juan no era presentar una narrativa cronológica de la vida de Cristo, sino manifestar Su deidad. Juan no solo estaba buscando fortalecer la fe de la segunda generación de creyentes, así como atraer a otros a la fe, sino que también buscaba corregir una falsa enseñanza que se estaba difundiendo. Juan enfatizaba que Jesucristo era “el Hijo de Dios,” totalmente Dios y totalmente hombre, contrario a la falsa doctrina que veía al “Espíritu-Cristo” viniendo sobre el Jesús humano en Su bautismo, y abandonándolo en la crucifixión.

Versos Clave:

Juan 1:1,14. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios… Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”

Juan 1:29. “El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.”

Juan 3:16. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Juan 6:29. “Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.”

Juan 10:10. “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”

Juan 10:28. “Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.”

Juan 11:25-26. “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?”

Juan 13:35. “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”

Juan 14:6. “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”

Juan 14:9. “Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?”

Juan 17:17, “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.”

Juan 19:30. “Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.”

Juan 20:29. “Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.”

Breve Resumen:

El Evangelio de Juan selecciona solo siete milagros como señales para demostrar la deidad de Cristo e ilustrar Su ministerio. Algunas de estas señales y narraciones solo se encuentran en Juan. El suyo es el más teológico de los cuatro Evangelios y con frecuencia da la razón tras los eventos mencionados en los otros Evangelios. Él comparte mucho acerca de la proximidad del ministerio del Espíritu Santo después de la ascensión de Cristo. Hay ciertas palabras o frases que Juan usa frecuentemente que muestran los repetitivos temas de su Evangelio: creer, atestiguar, Consolador, vida, muerte, luz, tinieblas, Yo soy… (como el “Yo Soy” que es Jesús), y amor.

El Evangelio de Juan presenta a Cristo, no desde Su nacimiento, sino desde “el principio” como “el Verbo” (Logos) quien, como Deidad, está involucrado en cada aspecto de la creación (1:1-3) y quien más tarde se hizo carne (1:14) a fin de poder quitar nuestros pecados, como el Cordero de Dios sin mancha (Juan 1:29). Juan elige las conversaciones espirituales que muestran que Jesús es el Mesías (4:26) y para explicar cómo es uno salvado por Su muerte vicaria en la cruz (3:14-16). Jesús irrita repetidamente a los líderes judíos al corregirlos (2:13-16) – al sanar en sábado, y al adjudicarse características pertenecientes a Dios (5:18; 8:56-59; 9:6, 16; 10:33). Jesús prepara a Sus discípulos ante la proximidad de Su muerte y para el ministerio que llevarán a cabo después de Su resurrección y ascensión (Juan 14-17). Entonces Él muere voluntariamente en la cruz, tomando nuestro lugar (10:15-18), pagando totalmente nuestra deuda por el pecado (19:30) para que todo el que confíe en Él como su Salvador del pecado, sea salvo (Juan 3:14-16). Él entonces resucita de los muertos, convenciendo hasta al más escéptico de Sus discípulos, de que Él es Dios y Señor (20:24-29).

Conexiones:

 La imagen que Juan expone de Jesús como el Dios del Antiguo Testamento, se aprecia más enfáticamente en los siete “Yo Soy” de las declaraciones de Jesús. Él es el “Pan de vida” (Juan 6:35), proporcionado por Dios para alimentar las almas de Su pueblo, así como Él proveyó el maná del cielo para alimentar a los israelitas en el desierto (Éxodo 16:11-36). Jesús es la “Luz del mundo” (Juan 8:12), la misma Luz que Dios prometió a Su pueblo en el Antiguo Testamento (Isaías 30:26, 60:19-22), y la cual llegará a su culminación en la Nueva Jerusalén, cuando Cristo, el Cordero, sea su Luz (Apocalipsis 21:23). Dos de las declaraciones del “Yo Soy,” se refieren a Jesús, como el “Buen Pastor” y la “Puerta de las ovejas.” Aquí vemos claras referencias de Jesús como el Dios del Antiguo Testamento, el Pastor de Israel (Salmos 23:1; 80:1; Jeremías 31:10; Ezequiel 34:23) y, como la única Puerta dentro del redil, el único camino para la salvación.

Los judíos creían en la resurrección y, de hecho, usaban la doctrina para tratar de engañar a Jesús para hacer declaraciones que pudieran usar en Su contra. Pero Su declaración en la tumba de Lázaro “Yo soy la resurrección y la vida” (Juan 11:25) debe haberlos escandalizado. Él estaba declarando ser la causa de la resurrección y el poseedor del poder sobre la vida y la muerte. Nadie más que Dios Mismo podría pretender tal cosa. Similarmente, Su declaración de ser “el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6) lo relacionaba indiscutiblemente con el Antiguo Testamento. Él es el “Camino de Santidad” profetizado en Isaías 35:8; Él estableció la “Ciudad de la Verdad” de Zacarías 8:3 cuando Él, quien es la “verdad” misma, estaba en Jerusalén y las verdades del Evangelio fueron predicadas ahí por Él y Sus apóstoles; y como “la Vida,” Él afirma Su deidad, el Creador de la vida, Dios encarnado (Juan 1:1-3). Finalmente, como la “Vid verdadera” (Juan 15:1, 5) Jesús se identifica a Sí Mismo con la nación de Israel, quien es llamada la viña del Señor en muchos pasajes del Antiguo Testamento. Como la vid Verdadera del viñedo de Israel, Él se presenta a Sí Mismo como el Señor del “Israel verdadero” –todos aquellos que vinieran a Él en fe, porque “… no todos los que descienden de Israel son israelitas” (Romanos 9:6).

Aplicación Práctica:

El Evangelio de Juan continúa cumpliendo su propósito de contener mucha información valiosa para el evangelismo (Juan 3:16 es tal vez el verso más conocido, aún si no es entendido apropiadamente por muchos), y con frecuencia utilizado en estudios bíblicos. En los encuentros registrados entre Jesús y Nicodemo, y la mujer Samaritana (capítulos 3-4), podemos aprender mucho del modelo del evangelismo personal de Jesús. Sus palabras de consuelo a Sus discípulos antes de Su muerte (14:1-6,16, 16:33) aún son de gran consuelo en las ocasiones cuando la muerte reclama a nuestros seres amados en Cristo, como lo es Su “oración como sumo sacerdote” por los creyentes en el capítulo 17. Las enseñanzas de Juan concernientes a la deidad de Cristo (1:1-3,14; 5:22-23; 8:58; 14:8-9; 20:28, etc.) son muy útiles en la lucha contra las falsas enseñanzas de algunos de los cultos que ven a Jesús como menor a la plenitud de Dios.

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