¿En qué o quién están puestos nuestros pensamientos?


nuestros pensamientos

El objetivo de esta enseñanza es que, como creyentes en busca de la salvación de nuestras almas, podamos entender que no debemos estar tan aferrados a las cosas de este mundo, sino más bien tratar de apegarnos más a lo espiritual y todo aquello que nos lleve por el sendero de la vida eterna. (Mateo 6:33), porque no somos de este mundo.

Pensamiento:

Según la definición teórica, el pensamiento consiste en aquello que uno trae a la realidad por medio de la actividad mental o intelectual. Por ende, se puede decirse que los pensamientos se producen o elaboran en la mente, los cuales pueden aparecer por medio de procesos racionales del intelecto o bien mediante abstracciones de la imaginación.

Según la Biblia, los pensamientos del hombre se originan en el corazón

“Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6:5).

Así mismo, según lo dicho por Jesús en Mateo 15:19, “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias”.

Tomando como parámetro, lo dicho por la Palabra de Dios en los versos anteriores, así en Jeremías 17:9 “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”; los pensamientos se generan u originan en el corazón, sin embargo, son procesado en la mente del ser humano, donde se determina si se manifiesta o ejecuta lo pensado, es decir lo que se originó en el corazón y subió a la mente.

Por tal motivo, es recomendable pedirle al Señor que limpie o libre nuestro corazón de malos pensamientos o deseos, es decir que lo o purifique a cada instante. El salmista dijo en el Salmo 51:10 “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”

Es de vital importancia que el creyente pueda tener un corazón limpio y puro, es decir un corazón que no almacene o engendre malos pensamientos, orgullo, vanagloria, odio, rencor, etc. ya que, si no tenemos un corazón puro, es decir libre de las cosas impura, no veremos a Dios, en otras palabras, no alcanzaremos la meta que tanto anhelamos, “la salvación”. Por ende, en Mateo 5:8 Jesús dijo: “Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios”.

Debemos agradar a Dios aun con nuestros pensamientos, porque él los conoces.

“Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío” (Salmo 19:14).

“Jehová conoce los pensamientos de los hombres, Que son vanidad(Salmo 94:11).

“Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti” (Salmo 42:2).

Cuando tenemos un corazón limpio y puro, entonces podemos agradar a Dios con nuestros dichos y nuestros pensamientos, porque de la abundancia del corazón, habla boca (Lucas 6:45). Si tenemos un corazón puro, entonces podemos dar buenos consejos, dar aliento a quienes lo necesitan, vamos a hablar más de la Palabra de Dios y menos de la vanagloria del mundo.

¿Por qué no pensamos más en las cosas espirituales y le dedicamos más tiempo?

“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente(1 Corintios 2:14).

Cada día que pasa la batalla se arrecia para el creyente, para aquellos que de verdad quieren salvarse, ya que en estos últimos tiempos tenemos mucho más obstáculos y desafíos que vencer, los cuales son atractivos al hombre natural, pero que hacen daño a la vida espiritual de aquellos que quieren ver al Señor un día.

Para poder percibir que la mayoría de los atractivos, entretenimientos y avances que te está ofreciendo el mundo mediante la tecnología, no vienen de DIOS, tiene que estar en el ESPIRITU, porque las cosas espirituales se disciernen espiritualmente, es decir el hombre natural o carnal no lo percibe así, lo ve como positivo para su vida, aunque esto sea un estorbo para su salvación, y sacan más tiempo para estas cosas que para pensar o meditar en la Palabra de Dios, en su salvación y como poder vencer los desafíos y obstáculo del mundo para perseverar hasta el fin. “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu” (Romanos 8:5).

¿Qué tengo que hacer?

1. No te deje llevar de la vanagloria del Siglo XXI

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).

Estamos en pleno siglo XXI, donde se está cumpliendo a cabalidad la profecía de Daniel 12:4 “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará”. Este es el siglo de la tecnología y la ciencia, donde a través de está, se están haciendo proezas que parecían imposible 10 o 15 años atrás. Sin embargo, para muchos cristianos todo esto es normal, y en vez de acercar al SEÑOR y renovar su mente para comprobar buena voluntad de Dios agradable y perfecta, le siguen el juego a todo lo que el mundo y la tecnología les ofrecen.

2. Ora, dando gracias al Señor en todo, para que el guarde tus pensamientos.

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” Filipenses 4:6-7).

Cuanto a este pasaje le agregamos el verso 5 de Filipenses 4, que dice: “Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca”. Entonces podemos entender que el apóstol Pablo le exhortó a los filipenses y nos exhorta a nosotros hoy, que, puesto que el Señor está cerca, no nos afanemos tanto por las cosas materiales, sobre todo por aquellas que en nada aprovechan. Vamos a enfocaron más en las cosas espirituales en las cosas del reino, y si tenemos alguna necesidad, vamos a presentarse al Señor en oración y suplica. Jesús dijo: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).

Dedique tiempo al estudio de la Palabra, a la oración, a enseñar la Palabra de Dios, a hacer el bien y todo lo que al Señor le agrada y podrás ver la manifestación del Señor ahora y al final de los tiempos, que es el deseo y anhelo de todo verdadero creyente o cristiano. Si esto hacemos, significa entonces que tenemos un corazón limpio y puro, por ende, veremos la bienaventuranza y la promesa de Mateo 5:8 cumplida en nosotros “Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios”.

Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él porque le veremos como Él es. (1 Juan 3:2)

Este era el anhelo de Juan, es mi anhelo y sé que también el tuyo, “Poder estar con el Señor un día en la Eternidad”

El SEÑOR te colme de ricas bendiciones

Roberto Rodríguez

Biblia Reina Valera 1960

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